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Entrevista/Ana Pilar Santos, compañía Vamos teatro

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La obra “¿Te vienes a una fiesta?” de Vamos teatro es una versión alternativa de Ibsen con performance, teatro textual y gestual, con el espectador como protagonista

 

La creadora de la obra, Ana Pilar Santos González, llevó a cabo una investigación sobre el tema con el apoyo de distintas asociaciones, para contar una historia sobre la igualdad de género y el machismo a diferentes niveles en la sociedad

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04/06/2017, Por Virginia Fernández

 

En el III Festival de Teatro Social Con-Vivencias hemos apostado este año por una versión de Casa de Muñecas alternativa, donde los espectadores se verán sumergidos en la historia que se nos plantea, como nunca antes lo habían hecho. La obra “¿Te vienes a una fiesta?” de la compañía Vamos Teatro trata de contar una historia sobre la igualdad de género y el machismo a diferentes niveles en la sociedad. Para ello, la creadora de esta nueva versión, Ana Pilar Santos González, llevó a cabo una investigación sobre el tema con la colaboración de la asociación de mujeres víctimas de la violencia de género “Miriadas”, también con la ayuda del colectivo en defensa de los derechos de las trabajadoras del sexo, “Hetaira”, así como buscando referentes en otros testimonios que han vivido violencia de género en primera personaLas conclusiones al respecto fueron contundentes, según Ana Pilar desde que Henrik Ibsen escribiera Casa de muñecas a finales del siglo XIX las cosas parecen no haber cambiado tanto.

 

En cuanto a la forma, este espectáculo no se ajusta a un estándar clásico. Hay performance, teatro textual, teatro gestual… así como todos los recursos artísticos que la compañía ha investigado y que ha considerado necesarios para transmitir la esencia de la historia que queremos contar. El público es partícipe del espectáculo, de la historia que se está contando, de los personajes, de las situaciones que viven. De hecho, es un elemento clave en la obra, rompiendo la cuarta pared. Este 9 de junio, a las 20h00, tenéis una cita imprescindible en el Umbral de Primavera para formar parte de esta fiesta tan peculiar, dentro del Festival Con-Vivencias.

 

Hemos hablado con la creadora sobre elementos clave de la obra, con el objetivo de conocer algo más sobre  las sombras que siguen vigentes en el patriarcado en la actualidad.

 

 

¿En esta  peculiar versión de Casa de Muñecas qué cuestiones típicas de nuestra modernidad vendrían a actualizar esta historia, que sigue perdurando en el tiempo?

Lo primero que me sorprendió al leer el texto de Ibsen es que el patriarcado, el control sobre la mujer que él muestra se había transformado pero sigue existiendo: ese tipo de hombre que busca controlar todas las acciones de la mujer, especialmente de su pareja. Ahora en lugar de encerrarla en casa, como la mujer se ha incorporado al mercado laboral es obvio que sale, que hace cosas, pero el hombre busca controlarla también en su tiempo de ocio, desde los móviles, el wasap, las nuevas tecnologías y redes sociales. En Casa de muñecas las herramientas son cartas, hoy los móviles, pero el hecho de irrumpir en la intimidad del otro, de no respetar su tiempo ni su espacio sigue vigente.

 

 

¿Qué representa el símbolo de la fiesta y qué tipo de invitación estáis lanzado paralelamente a los espectadores?

Esta pregunta me encanta. En Casa de muñecas tambien hay una fiesta, no es casual. La fiesta es el lugar donde se socializa la gente, donde conoces gente nueva, bien arreglada, estupenda. Un lugar de encuentro, de diversión obligada, de frivolidad y apariencia, donde cada uno ofrece su mejor cara y sonrisa. En la calle uno es de una manera, en casa de otra, pero en una fiesta, en ese ocio socializado también se ven diferentes formas de machismo: por ejemplo el personaje de la gallina simboliza la sobreprotección materna; la pavo real simboliza una feminidad más provocador, la mujer sensual; pero es el personaje masculino el que controla la fiesta. Los espectadores son los invitados para que comprueben de cerca qué está pasando realmente es esta fiesta.

 

 

¿Qué papel desempeñan los espectadores y cuáles son las reacciones más llamativas que ha despertado la obra hasta ahora?

Los espectadores no son pasivos sino que participan activamente, están integrados en la performance, son parte imprescindible de la puesta en escena. De entrada la propuesta les sorprende, les llaman la atención desde la música hasta los vestuarios surrealistas. Sus reacciones al acabar son muy variadas, el montaje genera controversia y debate, y a nivel individual es emocionante: algunos han llorado, otros se quitan las pegatinas porque creen que van a tener que hacer algo si las llevan, otros incluso se han sentido dolidos, pero en cualquier caso es una performance teatral que no deja indiferente. Recuerdo el caso de una espectadora muy joven, veinteañera, que me puso un twiter diciendo que "era muy necesario hacer obras de este tipo". Esa es la mejor crítica para nuestra fiesta. Que es una fiesta necesaria.

#Femisnismos

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"¿Te vienes a una fiesta?"

 

9 de junio

20h00

 

En el Umbral de Primavera

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