Entrevista / A Conchi del Olmo, de la compañía La Otra Parte Teatro
En la obra Útero Nimio queremos “aportar y mostrar a través del teatro las experiencias por las que han pasado miles de mujeres y que puedan llegar a empatizar con ellas y con su dolor”
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30/05/2018, Por Virginia Fernández
Conchi del Olmo, de la compañía La Otra parte teatro, aborda el tema de la violencia obstétrica en la obra “El Útero Nimio”, un monólogo donde se muestra el abanico de las violencias que sufrimos las mujeres, antes y durante ese acontecimiento tan crucial como es el parto. El formato elegido para tratar este tema es el teatro foro, con la posibilidad de crear un espacio compartido de experiencias y alternativas posibles tras la obra, abriendo esta experiencia a profesionales sanitarios y a todas las personas que puedan sentirse interpeladas por esta experiencia. Participan en Con-Vivencias el 15 de junio, a las 18h00, en la sala La Escalera de Jacob. Dentro de las violencias que sufrimos las mujeres, aún queda mucho que hacer en este campo, para tener más información y sentirnos más empoderadas a la hora de dar a luz. Hemos querido preguntar a Conchi sobre las principales violencias y sobre las posibles alternativas.
¿Cuáles serían las principales violencias o barreras a las que nos tenemos que enfrentar las mujeres en el momento de parir?
Yo pienso que la principal violencia que se comete hacia nosotras en el parto, y de ahí se abre el abanico de las violencias, es la falta de respeto hacia nosotras y nuestras decisiones.
Si partimos de la base del respeto hacia lo que nosotras sintamos y queramos para nuestro parto, la mayoría de los partos se convertirían en un momento inolvidable y enriquecedor.
Si no se parte de ese principio básico de respeto, comenzarán a sucederse otros tipos de violencia como, la falta de información de los procedimientos, el trato deshumanizado que nos dan, infantilizándonos y dejándonos sin voz ni voto en las decisiones, las prácticas médicas, muchas veces innecesarias a las que nos vemos sometidas… En definitiva, y en muchas ocasiones anulándonos y tratándonos como un objeto.
¿Sobre qué tipo de públicos os gustaría poder incidir más para poder abrir una vía de diálogo y conocimiento sobre el tema del parto?
El público sobre el que nos gustaría incidir, fundamentalmente, y sabemos a priori de la dificultad, es el personal sanitario encargado de asistir el momento del parto, postparto y puerperio. Y decimos que puede ser arriesgado o dificultoso porque pueden sentirse de alguna manera atacados, en lo personal y en lo profesional. Nuestra intención no es la de tener una actitud beligerante, más bien al contrario, es la de aportar y mostrar a través del teatro las experiencias por las que han pasado miles de mujeres y puedan llegar a empatizar con ellas y con su dolor y, a partir de ahí, empezar entre todxs a cambiar las cosas.
¿Qué posibles alternativas podríamos tener las mujeres para empoderarnos en el momento de afrontar el parto?
El mayor poder que tenemos es creer en nosotras, en nuestro cuerpo, en nuestro bebé y en nuestra capacidad para parir. Y la información. La información es poder. Preparar el parto igual que preparamos otros grandes acontecimientos de nuestra vida, como una boda, por ejemplo. Ver las posibilidades que se tiene, pensar en lo que se quiere y en lo que no se quiere, y aunque no tendría que ser así, ir a buscarlo. Visitar hospitales, que te informen de sus protocolos, preguntarles sobre lo que hacen en determinadas situaciones y elaborar un plan de parto exponiendo tus preferencias y tus deseos, son las alternativas que tenemos a día de hoy para intentar tener el parto deseado